El precio de la plata roza los 55 dólares, impulsado por la crisis bancaria estadounidense, la escasez mundial y la India.
Un aumento alimentado por la desconfianza bancaria
El precio de la plata continúa su ascenso iniciado a principios de semana, rondando los 54,30 dólares la onza en las operaciones asiáticas. El día anterior, había alcanzado un máximo histórico de 54,86 dólares, impulsado por un repunte de la demanda de seguridad en los mercados. Esta dinámica alcista se basa en un clima de creciente incertidumbre en torno al sector bancario estadounidense.
Dos entidades regionales, Zions Bancorporation y Western Alliance, han señalado recientemente la fragilidad de sus carteras de préstamos, lo que ha reavivado los temores de inestabilidad financiera. Este contexto de incertidumbre ha reforzado el atractivo de los activos tangibles para los inversionistas, entre ellos la plata, tradicionalmente considerada un refugio en períodos de tensión sistémica.
Londres paralizada por una escasez de liquidez
El mercado londinense, referencia mundial para el comercio de plata física, está sufriendo una tensión histórica en sus reservas. La escasez de liquidez ha desencadenado una auténtica fiebre mundial por el metal, acentuando los desequilibrios ya visibles a nivel mundial.
Entre los factores agravantes, la sostenida demanda procedente de la India ha provocado un agotamiento de la oferta disponible. Varias sociedades gestoras han suspendido las suscripciones en sus fondos de fondos respaldados por ETF de plata, lo que indica un preocupante agotamiento de la disponibilidad a corto plazo.
Geopolítica y cierre del Gobierno: los catalizadores del retroceso hacia la plata
El tenso clima geopolítico, en particular la escalada verbal entre Estados Unidos y China sobre las tierras raras, refuerza la aversión al riesgo. Las contundentes declaraciones de Jamieson Greer (representante de Comercio) y Scott Bessent (secretario del Tesoro) han señalado un «secuestro» de las cadenas de suministro mundiales por parte de Pekín. La consigna: desacoplamiento estratégico.
Paralelamente, el bloqueo presupuestario en Washington prolonga el cierre del Gobierno, lo que mantiene a los mercados en una situación de espera ansiosa. Este contexto de parálisis institucional contribuye al aumento de los activos no correlacionados, como la plata, que se considera más estable en un entorno caótico.
Previsiones de bajada de tipos: la Fed bajo presión
La perspectiva de una mayor flexibilización monetaria por parte de la Reserva Federal también respalda el repunte alcista. Según la herramienta CME FedWatch, casi el 97 % de los inversionistas anticipan una bajada de tipos en octubre, y el 83 % prevé una segunda bajada en diciembre.
Las señales procedentes de la Fed confirman esta orientación: Christopher Waller, miembro influyente, se ha pronunciado a favor de una nueva bajada en la próxima reunión. Stephen Miran, recientemente nombrado gobernador, aboga por una trayectoria aún más agresiva, apostando por varias bajadas en 2025.
La publicación del Beige Book acentúa esta sensación de urgencia, al poner de relieve un aumento de los despidos y un debilitamiento del consumo entre los hogares modestos. Esta desaceleración de la economía real hace que la intervención monetaria sea casi inevitable, lo que refuerza la posición del dinero como valor refugio.
Un contexto explosivo que podría amplificar la subida
Entre las señales de crisis bancaria, las tensiones geopolíticas, la escasez física del metal y la política monetaria en transformación, todos los indicadores convergen hacia una subida duradera del precio de la plata. Si se superara de forma estable el umbral simbólico de los 55 dólares, se podrían alcanzar nuevos máximos a corto plazo.
En un mundo en el que las certezas monetarias se tambalean, la plata se impone como un barómetro brutal pero revelador de las profundas tensiones que atraviesa la economía mundial.