El desorden es como la mala hierba… Crece por todas partes, todo el tiempo. Una pila de papeles en la entrada, una mesa de centro abarrotada, y ya estás desbordado. ¡Buenas noticias! Con 11 pequeños hábitos fáciles de adoptar, puedes recuperar el control del orden sin tener que dedicarle todas tus tardes. Descúbrelos.
Despejar la vivienda
Primer reflejo que hay que adoptar: ¡una gran limpieza de inicio de curso! Ten en cuenta que cuantos más objetos tengas, más fácil será que se instale el desorden.
Tómate tu tiempo para revisar tus cosas, habitación por habitación, cajón por cajón. Separa lo que realmente utilizas de lo que está abandonado en un rincón. ¿Tienes varios ejemplares del mismo objeto? ¡Dónalo, véndelo o recíclalo!
La regla de «1 objeto que entra, 1 objeto que sale»
Es el arma contra la acumulación: cuando un nuevo objeto entra en tu casa, otro debe salir. ¿Has comprado un suéter? Dona otro. ¿Una taza nueva? Recicla una vieja.
Esta regla, aunque radical, resulta terriblemente eficaz para evitar que los armarios se desborden.
Vuelve a colocar sistemáticamente cada cosa en su sitio
«Lo ordenaré más tarde»…, es una frase que todos decimos. Sin embargo, es una mala idea. Para mantener tu casa ordenada, prevé un lugar para cada cosa y guarda cada cosa en su sitio una vez que hayas terminado de usarla.
Nunca salga con las manos vacías
Cuando salga de una habitación, llévese un objeto que no tenga nada que ver con ella: una taza, un suéter, un libro… Si lo repite todos los días, este pequeño gesto evitará que se acumule el desorden.
Poner la ropa en el cesto de la ropa sucia
Admítelo… ¿te suena esa silla del dormitorio convertida en un armario improvisado? En realidad, la ropa sucia no tiene nada que hacer en otro sitio que no sea un cesto. Si adoptas este hábito, mantendrás tu habitación limpia y te facilitarás la tarea de lavar la ropa.
Despejar la mesa de centro
La mesa de centro es el lugar favorito del desorden. Una taza olvidada, dos revistas, tres mandos a distancia… ¡y ya tenemos el salón abarrotado!
Acostúmbrese a despejarla cada noche. Diez segundos bastan y, a la mañana siguiente, encontrará un espacio despejado, acogedor y listo para un nuevo día.
Clasificar el correo
Es hora de enfrentarse a esa montaña de cartas que se acumulan en la entrada o en el despacho. Clasifíquelas en tres pilas: para tirar a la basura, para tramitar o para archivar. Repita la operación al menos una vez a la semana: una papelera para el correo como esta ya le ayudará a ver las cosas más claras.
Poner orden en los armarios
¿No encuentras tu suéter favorito entre ese montón de ropa? La solución es volver a hacer regularmente pilas de ropa claras y bien ordenadas.
Guarda tu ropa por categorías y dona lo que ya no uses. Si tienes suficiente espacio para ello, guarda solo la ropa de la temporada actual y guarda el resto en otro lugar de la casa.
Prepara cajas de almacenamiento
¿Dispones de un espacio reducido? Existen numerosas soluciones para guardar tus cosas. Piensa, por ejemplo, en utilizar cajas de plástico o este tipo de grandes bolsas de almacenamiento que se deslizan debajo de la cama o en aprovechar la altura debajo de la escalera para crear estanterías y armarios.
Limpie poco a poco
¿Conoce el método FlyLady? Procedente directamente de Estados Unidos, le explica cómo limpiar para tener una casa siempre impecable.
Limpiar el fregadero de la cocina todas las noches, controlar los puntos críticos donde se acumulan los objetos y planificar una hora de limpieza a la semana, centrándose en una sola habitación.
Implicar a todos los miembros de la familia
El orden no es cosa de una sola persona. Para mantenerlo, todos deben echar una mano: los niños recogen sus juguetes, los adolescentes dejan su ropa suciaen el cesto de la ropa y los adultos se encargan de los espacios comunes.